Humor y sexo

¿Sexo con humor? ¿Humor con sexo? Podría haber elegido cualquiera de estos dos binomios como título para llamar la atención. Los cierto es que estos términos se dan la mano de muchas formas. Por haber, puede haber risas en la cama, chistes sexuales, sexualidad en lo cómico, comicidad en lo erótico... Así que puestas a provocar, voy a lo sencillo y hago un sumatorio de todo. Hablemos de humor y sexo.

Humor y sexo, indispensables en nuestras vidas, cuentan por separado con un largo listado de beneficios para la salud física, emocional y social. Si tuviera que elegir una sola palabra que pudiera definir la "consecuencia" común sería placer. Otra premisa que los une es que a mayor excitación, mayor disfrute. 

Antes de enfrascarme más en este binomio placentero, haré unas breves anotaciones sobre cada uno de los vocablos tratando de enmarcarlos en el tema de hoy, que alude al carácter lúdico de ambos. 

Imagen de ostricaas en Pixabay 

Sobre el humor

Ya en el primer artículo de este blog mencionaba que el humorismo es un factor de conexión interpersonal, un elemento clave para la cohesión social que ayuda a que estemos en "sintonía", proceso en el que la risa es la manifestación externa que facilita ese contacto y acercamiento. 

El humor puede verse también como un gesto de amor que busca fortalecer y consolidar nuestras relaciones personales, tan necesarias para nuestra supervivencia. 

Sobre el sexo

Aquí entendido como el amor lúdico, un juego para el disfrute con o sin miras a una implicación emocional más profunda, donde la conquista, la seducción y la diversión hacen acto de presencia.

El goce asociado a un ataque de risa se ha comparado con el orgasmo sexual. Esto se debe a que en ambos casos nuestro cerebro activa un sistema de recompensa de función adaptiva que nos gratifica, lo cual estimula nuestro acercamiento a esa fuente de satisfacción. Del mismo modo, nos permite aprender al reforzar nuestra conducta, buscando repetir las mismas acciones en aquellas situaciones estimulares semejantes a las que provocaron su activación de las sensaciones de gratificación. Fuente: ​Vía mesolímbica (cerebro): anatomía y funciones (psicologiaymente.com)

Sexo en el humor

En una conferencia de Alberto del Campo Tejedor sobre "El Humor y lo burlesco", este antropólogo y escritor explicaba cómo la burguesía francesa estableció allá por el siglo XVIII el manual de las buenas maneras, dictaminando que el humor popular, escatológico y grotesco, era de mal gusto. A partir de entonces se produce una ruptura, la sexualidad es vista como una fuente de placer mundana y el humor obsceno queda "prohibido" (salvo sobresalientes excepciones como el apego al culo del que presumía Quevedo). 
Las clases humildes no tenían intención de prescindir de su fuente de satisfacción y la censura no hizo más que provocar la necesidad de romper el tabú, y el tabú es una tensión que se libera con la risa. Así era como en las fiestas se exageraba y exaltaba lo grotesco y lo obsceno. El contexto festivo les permitía ensalzar aquello tildado como cochino

Precisamente de la palabra burlesco proviene burlesque, un género que, tal y como lo conocemos hoy, hunde sus raíces en un subgénero de la comedia del siglo XVI, conservando su intencionalidad ridícula, gracias a esa función atribuida al humor de quitarle importancia a asuntos de peso, pero expresada a través de rutinas escénicas con carga erótica.  

Humor en el sexo

En el juego de la seducción, diría sin temor a equivocarme que el ingenio es un gran recurso para ligar. Una sonrisa puede lanzar el mensaje de "me agradas, me caes bien", un primer paso imprescindible para llegar a intimar.  

Además, tener sentido del humor, reír y sonreír aumenta nuestro atractivo, nos hace sexys. A este respecto: los individuos con un gran sentido del humor pueden ser más competentes y atractivos socialmente, resultando más cercanos y con más satisfacción en las relaciones sociales. El mayor nivel de soporte social resultante puede a su vez conferir efectos inhibidores del estrés y estimuladores de la salud, un efecto que numerosos estudios han demostrado. (Carbelo y Jáuregui, 2006)

Aunque parece ser que en función del rol de género está más asociado a una conducta femenina, tener buen sentido del humor es una cualidad que se valora positivamente a la hora de encontrar pareja. 

No hay que olvidar que el sentido del humor fomenta el buen ánimo, lo que favorece estar más predispuesto/a a dejarse seducir, amar y querer. 

En definitiva, el humor se halla en muchos lugares, hasta en la cama, pero para poder captarlo las personas implicadas han de estar sintonizadas, ser correspondidas y estar predispuestas a percibir la gracia a través del "juego". 


Foto de Tim Samuel en Pexels

Aunque a veces parece que la evolución quiere llevarnos a un lugar en el que la compostura y lo políticamente correcto se imponen y donde humor y sexo quedan desprovistos de su función social a través de lo lúdico y el disfrute desinhibido, nuestro bienestar como sociedad depende de la salud de nuestras relaciones, en las que tanto el humor como el sexo ayudan a favorecerlas, mejorarlas y fortalecerlas. ¿Es o no un binomio fantástico? 

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