Lo que la risa oculta

¿Sabías que la risa y la sonrisa no tienen el mismo origen evolutivo? ¿Y que ambas pueden ocultar sentimientos alejados de la alegría o la hilaridad?

A veces, una risa o una sonrisa pueden ocultar emociones alejadas de la alegría o de la hilaridad. Pueden ser una respuesta refleja ante una eventualidad que cause nerviosismo, puede tratarse de un resorte de la timidez. Una sonrisa también puede ser una respuesta (cultural) a la necesidad de agradar a los demás. Asimismo, una sonrisa a tiempo puede evitar que una situación tensa pase a mayores. 

Una posible explicación a esto la da el etólogo Jan Van Hoof, que estudia a los primates en un zoológico de Holanda y descubrió una expresión facial en estos animales que le desconcertó: un rechinar de dientes casi silencioso que en la mayoría de las especies refleja una señal de sumisión. Por ejemplo, en los macacos expresa miedo
Es decir, dicha expresión se deriva de la cara de miedo y es muy similar a la sonrisa humana. Siempre se pensó que reír y sonreír serían los mismos tipos de expresión solo que con diferente intensidad, donde la risa sería fuerte y la sonrisa débil. Sin embargo, el científico determinó que una amplia sonrisa tiene un origen evolutivo completamente diferente a nuestra risa

Reír significa divertirse, tener un momento placentero, mientras que una amplia sonrisa debería expresar "no tengas miedo, soy amigable, me agradas, no temas, me caes bien". 

Alexas_Fotos en Pixabay


Por otro lado, decía el humorista gráfico Mordillo que "el humor es la ternura del miedo" y, en este sentido, una risa a tiempo podría ayudarnos a adelantarnos a él, al miedo. Quizás nos ayude a alejarlo o a ganarle terreno, o tal vez solo a convivir con él de una forma menos penosa y, en esencia, más tierna.  

La actriz y clown Wendy Ramos comenta en esta estupenda charla que "hay miedos y miedos". Están aquellos que te mueven a hacer las cosas mejor y los que te paralizan (como, por ejemplo, ese miedo enfundado en la pregunta recurrente que en tantas ocasiones nos frena: ¿Qué van a pensar de mí?). 
En su relato cuenta como, a veces, es tan sencillo como decirlo en alto y pedir sin más qué necesitas para conseguir eso que te provoca miedo. Puede que continúes teniéndolo, pero al recibir ayuda contrarrestarás su efecto.  

El fenómeno de la risa se activa en áreas distintas del cerebro, no existe un centro del humor como tal. Pero estudiar la risa nos puede ayudar a comprender nuestra especie y su evolución. ¡Porque el ser humano no ha sido el primero en reírse! En las sociedades primitivas, parecer ser que nuestros antepasados se reían cuando estaban haciendo algo mal y lo sabían. ¿Acaso no se parece a lo que hacemos en nuestra niñez cuando cometemos una travesura? 

El neurólogo y psicólogo de la Universidad de Maryland Robert Provine, afirma que la risa constituye la clave de los contactos sociales, de hecho, pocas veces nos reímos "con nosotros mismos". El ejemplo claro de esa dificultad para reírnos con nosotros mismos está en las cosquillas. A nuestro cerebro no le podemos engañar y no le valen cuando tratamos de provocárnoslas nosotros mismos. Robert Provine define la cosquilla como "el bisabuelo de los chistes", el más primitivo estímulo para la risa. 

¡Cómo no será de importante esta manifestación, que los actos de sonreír y reír nos dan acceso a las relaciones sociales antes incluso de poder hablar! Una explicación: si algo es la risa eso es contagiosa, lo cual entronca directamente con nuestra capacidad para la empatía.   

Al ver reír a otra persona, se nos activan inconscientemente los mismos músculos que actúan en la risa. Cuando vemos llorar a otra persona, se activan los músculos que intervienen en el llanto, como si uno mismo llorara. Son estos sentimientos contagiosos que, como sucede con la empatía, se deben a la existencia de las "neuronas espejo" en nuestros cerebros y que son en parte las responsables de fortalecer la cohesión social. ¡Las mismas que al parecer nos provocan el contagio del bostezo! 

Uno de los descubridores de estas neuronas espejo, el Profesor de Fisiología Giacomo Rizzolatti, se preguntó si dichas neuronas servían para comprender o simplemente para imitar lago. Se descubrió que los primates las utilizan para comprender y los seres humanos las utilizan tanto para comprender como para imitar

Así que risa y sonrisa son respuestas biológicas a determinados estímulos, manifestaciones que nos ayudan a estar en el mundo, a interrelacionarnos, comunicarnos y estar en armonía con nuestro entorno gracias a esa cohesión social que nos permite establecer. 


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