Hablando en serio del humor

Durante la niñez reímos entre 90 y 120 veces al día, pero a medida que vamos creciendo esta manifestación va decreciendo. ¿Por qué? Al parecer, algo tiene que ver con que los niveles de dopamina, un neurotransmisor que junto a las endorfinas, la serotonina y la oxitocina conforman el grupo de las llamadas "moléculas de la felicidad", van decreciendo conforme cumplimos años. A los 40 años lo niveles de dopamina se han reducido en un 40% y se ríe en torno a unas 40-50 veces al día. Una persona de 70 años se ríe de media 30 veces al día.* 
¿Y si esto del reír es tan positivo para nuestro cuerpo, por qué vamos perdiendo tan noble costumbre? ¿Por qué nos volvemos tan serios al llegar a la edad adulta?

* (Fuente: entrevista al neurólogo Eduardo Calixto, Doctor en Neurociencias por la UNAM)

Lo cierto es que la risa y el humor, pese a ser una constante histórica variable culturalmente, nunca han gozado del mismo estatus que lo serio y lo trágico. 

Esto me resulta curioso, sobre todo al leer que ya el mismo Sócrates decía que: 
... el poeta que es tal por arte es al mismo tiempo trágico y cómico. El verdadero poeta es el filósofo, y el verdadero arte es aquel que está ligado a la búsqueda de la verdad, que, en cuanto tal, engloba tanto la realidad del cómico cuanto la del trágico, y las expresa de manera adecuada
(Fuente: https://www.ensayos-filosofia.es/archivos/articulo/la-poesia-en-la-republica-de-platon-un-exilio-interior) 

De hecho, en la Grecia Clásica la improvisación poética era una costumbre muy arraigada y se celebraban competiciones de esta disciplina. Lo más interesante, al respecto de lo que trato en este artículo, es que cuando el improvisador trataba cuestiones políticas (recogidas de las preocupaciones de la calle) y salía victorioso en la competición, la tesis que había planteado en sus declamaciones se llevaba a la Asamblea para su ratificación. 


¿En qué momento(s) posterior(es) de la historia dimos, pues, tantos pasos para atrás? ¿Tuvo algo que ver el fanatismo religioso? ¿El rechazo por parte de las élites cultas por la cultura popular, baja y chabacana como la denominaban?  

En muchos de los estudios y charlas sobre el humor que leo y reviso se hace alusión a la novela "El nombre de la rosa" de Umberto Eco y a ese libro prohibido que se creía perdido: el segundo libro de la Poética de Aristóteles, dedicado a una reflexión estética sobre la comedia y el humor. En la historia, el monje franciscano Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso tratan de desentrañar el misterio de los crímenes que giran en torno al mencionado libro, un estudio sobre la risa y el humor como medio de liberación anímica. 

No hay necesidad de tirar de ficción (de una novela histórica como la copa de un pino, por otro lado) para tildar la Edad Media como una época muy oscura en muchos sentidos. Uno de ellos, precisamente, la persecución y condena por parte de la Iglesia de ciertas manifestaciones cómicas y juglarescas, con un especial antipatía a los improvisadores poéticos, que podían lanzar coplas de escarnio, versos indecorosos que podían encender los ánimos del pueblo.  

También se reseña a menudo el siglo XVIII, ese punto de la historia donde la burguesía dictaminó qué era de buen gusto y qué no, llegando a crear el manual de las buenas maneras. Por supuesto, todo lo que hacía reír a las clases populares era tildado de vulgar, ridiculizado y rechazado. 

Cierto es que entre prohibiciones y censuras nació el ingenio. Y que siempre se mantuvo el gusto por romper el tabú (por ejemplo, el humor escatológico nunca llegó a desaparecer), pero de alguna manera como sociedad fuimos sucumbiendo a la creencia de que la risa y la comedia eran inoportunas y las fuimos relegando a espacios cada vez más pequeños, que visitamos de cuando en cuando de forma excepcional.

Dionisos y los Sátiros


En este punto quisiera apuntar que creo que se identifica a menudo y erróneamente el concepto de "sentido del humor" con "risa". Ante la sorpresa y la hilaridad que pueda producir el humor, el devenir de la risa es una manifestación externa que no siempre se da. De hecho, cuántas veces podemos usar la expresión "estoy de buen humor" en momentos en los que todo lo más que hacemos es sonreír. 

Pero volviendo a la risa, que es más tangible, y recuperando la niñez con la que empezaba este artículo: no hay método de empoderamiento para la vida más sencillo y agradecido que la risa y el humor. En los niños y niñas esto se puede observar bastante bien, por ejemplo, cuando les da por decir palabrotas sin pudor alguno. No hacen más que rebelarse contra la opresión y neutralizar la culpa y el miedo mediante la risa. 
Todo aquello que les/nos inquieta y les/nos neurotiza, puede quedar reducido al absurdo tras un buen ataque de risa. 
    
Como comprenderás, no veo nada de malo en hacer acopio de risa y de humor para enfrentarse a la vida, porque la tragedia y el drama harán su aparición aunque no se las llame. 

Por si sigues pensando que esto no es serio ni productivo, te dejaré este último resultado, a ver si apelo a tus intereses de otra forma: Las personas que ríen rinden un 30% más en el trabajo. (Fuente: https://www.bbc.com/worklife/article/20180404-how-laughter-makes-you-a-better-worker)

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